Aveces nos enfocamos demasiado en lo material y no es que esté mal, pero también debemos valorar las cosas que no se pueden comprar con dinero como son, el tiempo, los momentos, y la atención que le damos a la persona que es tan especial que nos hace ser especial, y nos preguntamos “¿vale pena perder las cosas por lo que tanto se ha luchado?”
Debemos poner en la balanza del corazón todos nuestros sentimientos encontrados y preguntarnos “¿Vale la pena perder el camino seguro por un camino incierto?” “¿Realmente quiero esto?”
No queramos rendirnos cuando el camino se pone difícil, ya que Dios le da las peores batallas a sus mejores guerreros, y si desmayas frente a las adversidades por querer que todo sea color de rosas, las consecuencias pueden ser que nos arrepintamos y querer volver al camino, pero ya no podamos porque él mismo se ha cerrado.
El camino fácil nunca ha sido la solución a nada, ya que si es fácil cualquier a puede tenerlo, pero si es difícil, solo los valientes de corazón aceptarán el reto de luchar contra la corriente para tener lo que desean, y te pregunto “¿Vale la pena echar a la basura años de lucha, esfuerzo, días malos y buenos, por meses de buenos momentos!”
Excelente reflexión, un mensaje directo y claro.
ResponderEliminarMuy cierto. Muy buen punto de vista.
ResponderEliminarTienes toda la razón.
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